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Combate la Ansiedad

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Combatir la Ansiedad — Una Historia Personal
Yo lucho con la ansiedad: un miedo que se arrastra a través de mi mente en todo momento. La preocupación por un miembro de la familia, una situación personal, una fecha límite, una casa desordenada, un amigo enfermo… La apaciguo encontrando más cosas que limpiar y añadiendo más actividades por hacer a mi lista. Y cuando me doy la vuelta hacia Dios y la enfrento con los dientes apretados preguntándole: “¿Por qué yo Dios, por qué?”, le pido que arregle estas cosas: que cure al amigo, cambie la vida de un miembro de la familia, me envíe una mucama, me dé un trabajo.

No escucho ninguna respuesta.

Sin embargo, cuando me detengo y tomo un profundo respiro y me preparo a escuchar —a realmente escuchar— a algo más que no sea mi preocupación, la situación cambia. Saco mi Biblia, y mientras lo hago, oro a Dios para que suavice mi corazón y me permita escucharlo. Finalmente, escucho la voz de Dios hablándome suavemente y sus brazos envolviéndome. En Eclesiastés 3, Dios me recuerda que debo bajar el ritmo y desatar mis manos de todos mis problemas. “Hay un tiempo para todo”, dice Dios. Asiento, relajo mis hombros, porque no es mi tiempo el que importa. Dios desplegará la belleza de todo en su momento, no en el mío. Le presento mis problemas y le permito que se ocupe de ellos cuando el tiempo sea correcto.

Luego, tomo mi lista de cosas por hacer y realizo lo que puedo; el resto puede esperar. Tomo el teléfono, le pregunto a mi amigo cómo se siente y le hago saber que estoy orando por él. Invito a mi pariente a tomar el té y conversamos. Hago lo que puedo, permitiéndole a Dios que se ocupe de la mayor parte, descargándome de mi preocupación. Yo solo puedo hacer eso, el resto está en manos de Dios y en su tiempo.


Combatir la Ansiedad — Encontrando Consuelo en los Brazos de Dios
Combatir la ansiedad nos libera del peso del estrés. Proverbios 12:25 nos explica que la ansiedad es una carga para la persona. Sin embargo, el mismo versículo añade que “una palabra amable lo alegra (a la persona ansiosa)”. ¿Qué palabras amables nos presenta la Biblia para la persona preocupada?

De acuerdo a la Biblia, Dios puede manejar tu estrés, incluso cuando tú no puedes. Sin embargo, como la Biblia lo establece, primero debes mostrarte humilde antes que Dios pueda tomar completamente tu carga. 1 Pedro 5:6-7 dice: “Humíllense, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él los exalte a su debido tiempo. Depositen en él toda ansiedad, porque él cuida de ustedes”. Dios desea alejarte de todo peligro, pero primero debes humillarte, dejando de lado todo el orgullo que te dice que tú puedes arreglar todo problema en tu vida. La humildad permite que Dios entre en tu vida y se haga cargo. Por lo tanto, entrégale el control y tus preocupaciones al Soberano Dios.

Combatir la ansiedad no solo requiere que te humilles, también debes comunicarte con Dios, expresándole tus problemas. La Biblia dice: “No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias” (Filipenses 4:6). Ora a Dios. Exprésale tus preocupaciones. Dios está para escuchar.

Una vez que Dios haya tomado tu ansiedad, ¿qué tiene para ofrecerte? Filipenses 4:7, luego de haberte recomendado oración en tus tiempos de ansiedad, explica que: “la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús”. Dios te dará paz. Él tomará tu ansiedad y llenará tu corazón y mente de tranquilidad. Aunque tú no puedas entender su poder, presenta tus problemas a Dios. Te sentirás asombrado de la paz que él puede darte.

¡Encuentra la Paz de Dios!



¿Tú qué piensas?
Todos hemos pecado y merecemos el juicio de Dios. Dios, el Padre, envió a Su único Hijo para cumplir ese juicio por aquellos que creen en él. Jesús, el creador y eterno Hijo de Dios, quien vivió una vida sin pecado, nos ama tanto que murió por nuestros pecados, tomando el castigo que merecíamos, fue sepultado, y levantó de la muerte como lo dice la Biblia. Si de verdad crees y confías de corazón en esto, recibe a Jesús como tu Salvador, declarando: "Jesús es Señor," serás salvado del juicio y podrás pasar la eternidad con Dios en el cielo.

¿Cuál es su respuesta?

Sí, hoy he decidido seguir a Jesús

Ya soy seguidor de Jesus

Todavia tengo preguntas





¿Cómo puedo conocer a Dios?




Si murieras hoy, ¿iría usted al cielo?


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